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SANTO DOMINGO (EFE)- Los Tigres del Licey y los Leones del Escogido darán comienzo este lunes a la disputa por el título de campeón de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), en una serie final en la que el mejor picheo será puesto a prueba ante la mejor ofensiva.

Los eternos rivales, como son conocidos Tigres y Leones, debido a su antigua, aunque mermada histórica rivalidad en el béisbol dominicano, llegan a este punto con el objetivo conquistar la corona.

El Licey, campeón por las dos últimas temporadas, se apoyará en la solidez de su picheo como arma principal, mientras que los escarlatas lo harán apoyados en el poderío de su ataque.

Esta será la décima vez que Tigres y Leones se enfrentan en una final, con dominio para los azules 6-3. La anterior ocasión fue en el campeonato 2015-16, que terminó con victoria para los ‘melenudos’.

En su enfrentamiento durante la semifinal los Leones dominaron 3-2 a los Tigres.

Tigres apuestan por sus brazos para el tricampeonato

Los Tigres saldrán en búsqueda de cuatro victorias más en el torneo local, con las cuales lograrían la conquista de su tercer campeonato consecutivo y la corona número 25 de su historia, para lo que apostarán nuevamente por la calidad de su picheo, el cual ha sido su referente para llegar a este punto.

El cuerpo de lanzadores de los comandados por Gilbert Gómez tuvo el mejor porcentaje de carreras limpias permitidas en la semifinal (3.44), apoyados principalmente en el dominio mostrado por su picheo de relevo.

Para llegar a la final, los campeones defensores ganaron ocho partidos por ventaja de una carrera y su picheo permitió tres carreras o menos en ocho de las 11 victorias que consiguió en la semifinal, registrando entre ellas tres blanqueadas y cuatro encuentros en los que solo permitió una anotación.

La llamada ‘Operación Candado’, que iniciaba una vez los lanzadores abridores dejaban el montículo y daban paso al picheo de relevo, le funcionó de manera casi perfecta a los Tigres, quienes tuvieron a Jairo Asencio, Enyel de los Santos, Reymín Guduán, Wander Suero y a Ulises Joaquín en ese rol.

Estos brazos se combinaron para lanzar 30.1 entradas sin permitir anotaciones, lo que complementaron con la labor del cerrador Jean Carlos Mejía (1.08 y cuatro salvamentos), Carlos Vargas (3-0 y 2.45), Adonis Medina  y el estadounidense A.J. Puckett (1.80 en cinco episodios).