En esta semana Dellin Betances superó los cien bateadores ponchados. Que un lanzador relevista alcance tal cifra de adversarios hechos outs por esa vía es notable, pero lo es más cuando se compara con la cantidad de bateadores enfrentados, en su caso 245, lo que arroja que logra ponchar un 41.2%.

Este año Aroldis Chapman se encamina a conseguir por cuarta ocasión consecutiva pasar la cantidad señalada y todo indica que va a mantener la consistencia en un porcentaje por encima de cuarenta, incluso el año pasado obtuvo un extraordinario 52.5% de rivales abanicados.

Este tipo de resultados coloca al cubano de los Rojos en una posición privilegiada como relevista. Aceptando como válido el concepto que la calidad de un atleta debe medirse cuando está en la plenitud de sus facultades, Chapman deberá ubicarse este año en un espacio privilegiado en la historia. La vida útil de un lanzador de su tipo, relevo de poder, es efímera, hay sus excepciones, pero la tendencia es que brillen y se apaguen en un lapso breve. Eso es lo que amplía el valor histórico del trabajo de Chapman. Los otros que en ese sentido le hacen mayor competencia son Betances y Andrew Miller, los dos actualmente con los Yanquis. Este último el año pasado, con Medias Rojas primero y luego con los Orioles, ponchó 103 de 242 bateadores que lo retaron para un 42.6%, pero este año ya tuvo que recesar por lesión y eso podría obstaculizar que alcance el centenar de ponches, además que su porcentaje se mantiene por debajo de cuarenta. Eso deja a Betances como el único otro candidato a competir por la supremacía en el sentido que indico.

Medir el dominio de un relevista de esta manera, enfrentando las cifras de bateadores desafiados con los hechos out en el plato, es una fórmula simple y lógica para tener un resultado idóneo. Con ella se incluyen las debilidades, como son los hits permitidos, los pasaportes cedidos y las bolas que le son puestas en juego.

DE ETERNA IMPORTANCIA

En Venezuela Osvaldo Virgil forjó una impresionante hoja de trabajo como manager. Dirigió en catorce temporadas a cuatro equipos alcanzando en cuatro ocasiones el banderín del circuito y en total más de 450 triunfos en series regulares.

Entre las muchas cosas de las que fue protagonista hay una que sobresale por lo curioso. En 1982-83 condujo a los Tiburones de La Guaira a conquistar el cetro de campeones contando en su equipo con Bruce Bochy como receptor y Osvaldo Guillén en el campo corto. Estos dos señores, posteriormente, fueron ganadores del galardón de Manager del Año en las Grandes Ligas. Bochy en 1996 cuando estuvo al frente de los Padres y Guillén en 2005 al dirigir a los Medias Blancas. Ambos también han ganado la corona de campeones mundiales.

PICADERA

……….Kevin Kiermaier, jardinero central de los Rays, acumula el mejor WAR defensivo de las Grandes Ligas, versión de Baseball Info Solution, con 3.6………Dos campo corto, Brandon Crawford de los Gigantes y Andrelton Simmons de los Bravos le siguen con 2.7……El único candidato a lograr combinar tres decenas de jonrones y bases robadas este año es Paul Goldschmidt, inicialista de los Daimondback. Al momento ha disparado 22 batazos de vuelta completa y se ha estafado 19 almohadillas. Dado su valor para el equipo, es de dudar que alcance la cifra necesaria en bases robadas. En junio robó siete, pero el mes pasado solo dos y este mes lleva igual cifra…………….El año pasado, por primera vez desde 1986, nadie consiguió la hazaña……………El único defensor de la primera base que ha logrado un 30-30 fue Jeff Bagwell, dos veces, en 1997 cuando conectó 43 jonrones y se estafó 31 almohadillas y en 1999 cuando logró 42-30……..