Dondequiera que se encuentre un deportista cubano, así sea en el recóndito Kilimanjaro, estarán las buenas intenciones de sus coterráneos. Pendiente de sus actuaciones, estén bajo la causa de la Isla o sirviendo a su nación adoptiva, el sentido común casi siempre nos orienta a estar al tanto de sus devenires. Hace unos días corrió sangre antillana en el último evento eliminatorio camino al IV Clásico Mundial de béisbol, aunque, paradójicamente, la escuadra nacional de la Mayor de las Antillas no se asomó ni de lejos a ese evento. Sin embargo, bajo nuestro radar estuvo la cobertura de lo que allí sucedió.
En la plantilla oficial de Brasil, uno de los cuatro animadores de esta lacónica lid –junto a Pakistán, Gran Bretaña e Israel- aparecieron un cuarteto de criollos, aunque dos de ellos, el lanzador habanero Ernesto Noris Chacón y el receptor guantanamero Ángel Luis Cobas, jamás salieron como activos a la grama del MCU Park de Brooklyn.
Antes de entrar en detalles sobre las estadísticas producidas por los industrialistas Juan Carlos Muñiz e Irait Chirino, ambos con peso protagónico en la alineación sudamericana, hay que añadir que, en definitiva, el plantel de Israel se agenció la plaza 16 para el magno evento de las bolas y los strikes, que se escenificará el año próximo en diferentes países, al concluir de forma invicta sus tres enfrentamientos, incluido el de la final ante el representativo de Gran Bretaña.
De esa manera, los israelíes sentirán por primera vez la sensación de intervenir en un evento de este tipo, algo que no podrán repetir los brasileños, quienes clasificaron a la versión anterior, pero en este torneo solo triunfaron en la apertura ante Pakistán, para tropezar después con Brasil y crear su propia tumba en el duelo decisivo ante Gran Bretaña.
A pesar del fiasco deportivo, en el conjunto carioca se presenciaron disímiles notas positivas que atestiguan la indiscutible calidad deportiva de ellos, solidificada por el talento innato de varios prospectos y jugadores hechos, como es el caso del oriundo de San Miguel del Padrón, Juan Carlos Muñiz.
Casualmente este pelotero rindió una actuación similar a la conseguida hace tres años cuando jugó el Clásico, al repetir cuatro indiscutibles en 11 veces al bate, para un average ofensivo de 364. Sin embargo, su producción de extrabases fue más eficiente hace pocos días, al disparar un tubey y ser el único de su equipo en dar un batazo de vuelta completa, con dos carreras impulsadas y una anotada.
Aunque una de las tantas inconveniencias de los torneos cortos es que no puede servir de justo termómetro para medir el rendimiento de determinado conjunto o jugador, la palabra aceptable es la que encaja si nos referimos al debutante con el elenco brasileño, el patrullero de Centro Habana Irait Chirino. Tuvo siete veces al bate y ligó dos incogibles, que le facilitó un promedio ofensivo de 286, unido a dos boletos y una transferencia.
El aporte de estos dos cubanos tiene que constituir tema sobre la mesa para las autoridades beisboleras de Brasil cuando se avecinen eventos de relieve. Muñiz, un veterano en plenitud de facultades; Chirino, un experimentado debutante con casta de equipo Cuba.