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MIAMI, Florida (Diario Las Americas).- Venezuela y República Dominicana tendrán revancha. Los representantes de los países en los que sus habitantes dicen que se juega más béisbol en la región caribeña medirán fuerza por segundo año consecutivo en la final de la Serie del Caribe, celebrada en el LoanDepot Park, en Miami.
Luis Torrens ligó un sencillo impulsor de dos carreras en la cuarta entrada para apoyar la salida monticular del cubano Miguel Romero y Venezuela (Tiburones de La Guaira) vino de atrás con bateo oportuno para vencer 6-2 a Curazao (Suns) y obtener su boleto a la final, en la que buscará el primer título para el país en 15 años y tomar venganza de los sucedido en la edición celebrada en Caracas en 2023, cuando los Tigres del Licey -nuevamente finalista y en búsqueda del bicampeonato- vencieron a los Leones del Caracas.
La última vez que un equipo venezolanos ganó el evento regional fue en 2009, cuando los Tigres de Aragua alzaron el trofeo en Mexicali.
Torrens, un refuerzo fundamental para quebrar la sequía de 37 años de los escualos en su país, envió a la goma a Yasiel Puig y Ramón Flores, que también impulsó par de rayitas y acumula una actuación que le podría dar -de Venezuela ganar- el premio al Jugador Más Valioso de esta Serie del Caribe.
“Es un reto que asumí con mucho compromiso, mucha alegría”, expresó Flores después del compromiso. “Vine a disfrutar y las cosas han salido. No empezado en el MVP, yo vine a ayudar al equipo. Es lo que estoy haciendo”.
Vs zurdos: Lo tuve en la mente todo el año, batallé mucho y tuve que hacer muchas ajustes. Mi coach de bateo me ha ayudado mucho.
En la misma cuarta entrada, Flores sonó sencillo para acortar la ventaja y con el 2-1 dejarle la mesa a Torrens y convertir al LoanDepot Park en territorio venezolano.
Gritos, vítores, tambores, música llanera y la bandera nacional ondeando en buena parte del recinto, además del icónico “Eh La Guaira, Eh La Guaira, pudo asemejarse el ambiente del otrora béisbol venezolano, con el estadio Universitario copado de fanáticos apoyando a su equipo.
Flores inició el rally de tres carreras de los bates venezolanos en el sexto para que nuevamente la algarabía de los sureños se desatara.
Un sencillo del zurdo envío a la goma a Wilson Ramos, mientras que Leonardo Reginatto se uniría a la fiesta con doblete que encaminaría la victoria.
El cubano Miguel Romero vino de menos a más y dejó su línea en 5.1 innings de labor, con dos carreras, seis hits, un boleto y un ponche. El derecho permitió las carreras en los innings uno y cuatro.
Esta es la cuarta vez que un equipo de Venezuela alcanza la estancia final desde 2013, dos de esos tres juegos previos por el campeonato lo perdieron ante equipos de República Dominicana, que con su título de Clásico Mundial de Béisbol en 2013, hace que los fanáticos quisqueyanos se adjudiquen que son la nación más beisbolera del Caribe.
“Siempre dije que aquí no había equipo fácil, para ganar hay que ganarle a los mejores. República Dominicana por su historia en Serie del Caribe siempre ha sacado la cara. Yo sabíamos que nos íbamos a enfrentar a ellos”, dijo el mánager venezolano Ozzie Guillén. “República Dominicana tiene mucha herramientas para ganarte, pero la pelea es peleando”.
Pero Venezuela podría acabar con unos inspirados Tiburones que están inspirados tras terminar primeros en el round robin de su país, quebrar la sequía de 37 años y haber ganado seis de sus siete juegos.
Pero ahora le queda ganar el que más importancia tiene para su franquicia y en este momento para el béisbol venezolano.
“No he estado en los otros, pero este es un equipo bastante unido con expectativas de ganar y darle el título a Venezuela y la comunidad venezolana acá en Miami”, sentenció Torrens.