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SANTO DOMINGO. – Mel Rojas Jr. no salió a buscar un jonrón. Solo quería hacer el trabajo. Pero su swing, afinado por días de ajustes, terminó cambiando la historia reciente del Licey.

“En realidad en ese momento yo simplemente quería traer la carrera de tercera, dar un fly de sacrificio, pero salió un jonrón”, contó Rojas Jr. tras el partido. “Eso fue una bendición de Dios poder conectar ese cuadrangular que lo necesitaba muchísimo.”

El batazo —un grand slam ante el nicaragüense Óscar Rayo en la quinta entrada— puso fin a una racha de seis derrotas seguidas de los Tigres, que vencieron 5-1 a las Águilas Cibaeñas el miércoles en el Estadio Quisqueya Juan Marichal, en la temporada 72 de la LIDOM, dedicada a Juan Marichal por la Copa Banreservas.

Rojas Jr., de 35 años, explicó que lleva “como una semana haciendo ajustes” y que comienza a sentirse más cómodo en el plato.

“Le estoy conectando con más fuerza a la pelota”, dijo. “Me gusta también batear de segundo, porque siento que veo mejores picheos, ya que tengo detrás a Pichito (Emilio Bonifacio), que le está yendo muy bien. Y delante de mí está Bonifacio, que cuando se envasa es un problema. Los pitchers quieren lanzar muchas rectas. Es una buena combinación.”

Para el veterano, el secreto está en la mentalidad:

“Cuando uno se enfoca en el proceso hay que ver en los resultados. Si salgo al home pensando en dar un home run, eso no pasa. O me poncho o doy doble play. En los momentos de presión, hay que concentrarse en el proceso. Ya si salen cuatro para goma, pues mejor todavía.”

El jardinero también valoró la nueva energía dentro del grupo:

“Fuimos los mismos hoy, pero cuando llegó la hora del calentamiento quitamos al entrenador de ahí y lo cogimos para nosotros. Desde ese momento empezó la vibra. No es que nos llevábamos mal, pero la vibra fue diferente. Salimos a divertirnos y eso se notó.”

Sobre el reto de sacar la pelota del parque por el jardín derecho en el Quisqueya, Rojas Jr. comentó:

“Diría que es más difícil, porque por lo general la bola corre menos por el right field. Pero igual es difícil, no solo por el estadio, sino por los pitchers. Aquí hay muy buenos lanzadores. Y cuando uno tiene el chance de dar sus jonrones, hay que gozárselos. No perrearlos, sino disfrutarlos.”

El cuadrangular fue el primero de Rojas Jr. este torneo y el tercero grand slam del actual campeonato. Con él llegó a 16 jonrones de por vida en LIDOM, igualando a Julián Javier, Elvio Jiménez, Henry Mercedes, Brayan Peña, Luis Terrero y Sócrates Brito.

Dentro de la historia azul, solo César Gerónimo y Yamaico Navarro (17) lo superan.

En doce juegos de la campaña 2025-26, Rojas Jr. batea de 46-10 (.217), con cinco anotadas, un doble, un jonrón, siete impulsadas y once boletos.

“Simplemente no estuvimos jugando el mejor béisbol, pero mantenemos la cabeza en alto”, cerró el jardinero. “Esto apenas está comenzando, falta mucha pelota.”