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En 1937 fue el último año que se jugó pelota profesional en el país, hasta 1951.

El presidente de la República Dominicana, Rafael Trujillo, y entonces dictador, decidió que, en nombre de la unidad nacional y para demostrar su poder absoluto, crearía el mejor equipo de béisbol de área.

Dado que la corona de la temporada anterior (1936) había quedado con el equipo de las Estrellas Orientales de San Pedro de Macorís, Trujillo unificó los equipos de la capital y creó los “Dragones de Ciudad Trujillo” (4 de marzo de 1937), a los que se ocupó de dotar de los mejores refuerzos extranjeros que podía conseguir.

La consigna era vencer a como diera lugar y por eso no reparó en gastos.

Paige, fue el primero de los 18 importados de las Grandes Ligas, seguidos de los 25 cubanos comandados por Martín Dihigo y Perucho Cepeda, a los tres boricuas. Dominicanos fueron 28 con Tetelo Vargas a la cabeza.

Cuando empezó el campeonato nacional, un jugador dominicano ganaba 24 pesos mensuales, y un extranjero regular entre 50 y 150.

Los equipos de Santiago y Macorís eran magníficos, pero la calidad de la pelota, la agresividad del departamento de lanzadores de Ciudad Trujillo era superior.

Trujillo, quien prefería el polo y la vela al béisbol, cedió las operaciones diarias de los Dragones de Ciudad Trujillo al Dr. José Aybar, dentista.

Aybar, temeroso de que no complacer a Trujillo pudiera llevar a su desaparición prematura y permanente, contactó con los Crawford de Pittsburgh   y los Grays de Homestead

Firmar a Leroy “Satchel” Paige, de los Crawford, era el objetivo de Aybar, y el dentista partió hacia Nueva Orleans, donde los Crawford estaban en los entrenamientos de primavera.

Aybar le ofreció al lanzador $30,000, el equivalente a $675,000 en dinero actual, incluyendo el total de seis compañeros de equipo de los Crawford.

La búsqueda de jugadores para el campeonato del 37 ocasionó un escándalo en Estados Unidos y un ‘impasse’ diplomático entre los dos países:

En virtud de que los sueldos ofrecidos eran más elevados que lo que se estilaba en la vecina nación, los jugadores no dudaron mucho en aceptar, lo cual hizo que los dirigentes de los Pittsburg y Homestead acusaran al agente dominicano y al cónsul dominicano que lo acompañaba de intento de robo de sus jugadores, poniéndolos a ambos en prisión.

El Gobierno y la Cancillería dominicana debieron intervenir; consiguieron su libertad luego del pago de 500 dólares de fianza.

Paige recordó que Aybar le dijo: “Puedes tomar lo que creas que es tu parte”.

La oferta de Aybar representaba más dinero por un mes de pitcheo de lo que Satchel ganó en un año de arrasamiento. Conseguir otros jugadores resultó ser inesperadamente difícil.

La mayoría de los Crawford se opusieron a que Paige recibiera la mayor comisión, y otros se resistieron a traicionar a los dueños de los Crawford y los Grays, Gus Greenlee y Cumberland Posey, respectivamente.

Paige se llevó a Leroy Matlock, Sam Bankhead, Cool Papa Bell, Harry Williams y Herman Andrews de los Crawford. Finalmente, Josh Gibson, recientemente traspasado a los Grays.

Gus Greenlee, presidente de la Liga Nacional Negra, contraatacó y les prohibió a los desertores regresar a las Ligas Negras.

En 1937 la temporada de la Liga de Color en Norte-América tuvo que suspender sus actividades por falta de jugadores.

A su llegada a la República Dominicana, Paige y sus compañeros de equipo se dieron cuenta abruptamente del poder de Trujillo y de hasta dónde llegaría el dictador para ganar.

Trujillo asignó guardias armados para que siguieran a los jugadores por la ciudad: playas, restaurantes, hoteles y en sus partidos, para asegurarse de que siguieran el buen camino que culminaría en una temporada de campeonato.

La temporada dominicana consistió en cuarenta y cuatro partidos ferozmente competitivos, disputados en las calurosas mañanas de fin de semana. (Del 28 de marzo de 1937 hasta el 11 de julio)

La prensa local de la época calificó su arsenal de pitcheo  de Satchel Paige de “magia negra”, su curva de “enigmática”, su recta de “aterradora” y su inteligencia de “muy desarrollada”.

Según Paige, ganar fue la diferencia entre la vida y la muerte en una entrevista con la revista Colliers.

Josh Gibson tuvo un promedio de bateo de .453 (con 21 carreras impulsadas). Silvio García bateó 38 hits en 128 turnos al bate, incluyendo 14 dobles. Martín Dihigo y Santos Amaro de las Águilas Cibaeñas, cada uno conectó cuatro jonrones.

Martin Dihigo ganó seis partidos y perdió cuatro, Satchell Paige tuvo récord de 8-2.

Pedro Arango, de las Estrellas, fue líder en juegos jugados con 36; Lázaro Salazar con 31 carreras anotadas y cinco triples empatados con Joshua Gibson ambos de los Dragones.

El torneo se denominó “Reelección Presidente Trujillo” y se mantiene como el de mayor categoría de todos los celebrados.

Había tres jugadores que pertenecen al Salón de la Fama de Cooperstown. Ellos son Leroy Satchel Paige, Joshua Gibson y Cool Papa Bell. Los dos jugaron con los Dragones.

Satchel Paige fue un excelente lanzador en las Ligas Negras y jugó en muchos países de Latinoamérica.

Josh Gibson está considerado el mejor bateador de las Ligas Negras; tanto bateaba para alto promedio como para poder con 800 jonrones durante 17 años en las Ligas de Color.

Cool Papa Bell era un jugador ambidextro, basado en su velocidad y su buen contacto con la pelota, bateó en 20 años en las Ligas Negras para .374 en average; Fue era el pelotero más rápido del béisbol blanco o negro.