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Wencell Pérez, el prospecto número 20 de Detroit llegó a las Mayores por primera vez en su carrera, convocado como reemplazo por lesión de Andy Ibáñez el lunes. Esta era la oportunidad con la que había soñado mientras crecía en Azua.
Es el jugador dominicano número 919 en debutar en las Grandes Ligas, desde que lo hiciera Osvaldo Virgíl, quien jugó durante nueve años de 1956 a 1969 para Nueva York, Detroit, Kansas City, Baltimore, Pittsburgh y San Francisco.
Con la inclusión de Pedro San, Tetelo Vargas, Néstor Lambertus, Sijo Gómez, Enrique Lantigua, Horacio Martínez y Julio Báez quienes lo hicieron en las Ligas Negras la cantidad llega a 926 según la base de datos de winterballdata.com.
“Lloré un poquito cuando me dieron la noticia” manifestó Wenceel quien se estaba preparando para regresar a Toledo para una serie en casa contra los Indios de Indianápolis, sucursal de Triple A de los Piratas.
Su viaje desde que firmó cuando era adolescente en 2016 había parecido a veces una pesadilla, desde una temporada perdida debido a la pandemia hasta lesiones que detuvieron otras temporadas.
“Todo lo que [pasas], los altibajos, los problemas pasados con [las lesiones], cuando llegas aquí, pasar por esa emoción con tu familia y amigos, lloré un poquito cuando estaba en el aeropuerto hablando con mi familia”, comentó Pérez
Tomó un vuelo desde Des Moines en Iowa con una escala en Chicago, para su primer juego en PNC Park y enfrentarse el relevista de Aroldis Chapman, de los Piratas, con las bases llenas, con la carrera del empate en la octava entrada.
. “Así que cuando llegué aquí, simplemente sonreí: ‘Dios mío, esto es genial’. Gracias a Dios por ponerme aquí y a los Tigres por darme la oportunidad”.
Pérez hizo su debut en la MLB como emergente para Zach McKinstry en la séptima entrada de lo que entonces era un juego 7-2, saliendo al jardín derecho contra el relevista zurdo Josh Fleming.
En su segundo turno al bate en las Grandes Ligas, ya se enfrentaba a un relevista al que creció viendo.
“Yo me había enfrentado a él, en Playstation”, dijo Pérez con una sonrisa. “Pero cuando estás frente a él, no recuerdas esas cosas”.
Después de que Chapman ponchó a Javier Báez, no sería distinto con Pérez, quien le sacó un foul a una recta del primer lanzamiento de 99.2 mph y un splitter de 89.6 mph. Luego un con sinker de 101,2 mph que mordió la esquina de afuera fue el tercer strike cantado.
“Estaba listo”, admitió. “Esa es la mentalidad que hay que tener cuando te enfrentas a un lanzador así. Estoy aquí y tengo el bate, así que estaré listo para batear si me pones allí”.
Para el segundo juego de la serie, el prospecto que pertenece a las Águilas Cibaeñas en Lidom, tendrá presentes a sus padres en el estadio de Pittsburgh. Detroit perdió el primero 4-7.
“Esta es la primera vez que mi madre y mi padre vendrán aquí y me verán jugar en Estados Unidos”, recordó.
Pérez ha tenido un lento ascenso en el sistema de los Tigres desde que firmó por $550,000 procedente de la República Dominicana en julio de 2016.
Pérez es rápido, su avance como prospecto se produjo después de agregar fuerza a su cuerpo y cambiar su swing para generar más sustentación. Es un bateador cada vez más selectivo.
Aunque el atletismo y la versatilidad de Pérez tienen la oportunidad de contribuir en las mayores, su atractivo se ve obstaculizado por sus problemas defensivos, por lo que tiene la oportunidad de trabajar sus deficiencias en Triple-A.
Es el azuano número 21 en llegar a las Grandes Ligas, el intermedista 67, el Tigre de Detroit número 42, para empatar con los de los Yankees y colocarse a uno de los debuts dominicanos de los Marlins.
Es el debut número 162 que pertenece a las Águilas de los equipos de la Liga Dominicana, comandados por Licey (198) y escoltados por Escogido (187), Estrellas (133), Toros (123), Gigantes (111) y Caimanes (5).