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Bajo la visión del presidente Joaquín Balaguer, el deporte dominicano vivió una etapa de gran expansión en materia de infraestructura.
Entre esas obras emblemáticas destaca la construcción del Estadio Julián Javier, en San Francisco de Macorís, un proyecto que marcó el desarrollo del béisbol en la provincia Duarte y en toda la región del Cibao.
El estadio fue concebido como un espacio clave para impulsar el béisbol profesional y amateur, sirviendo primero a la Liga de Verano del Cibao y posteriormente a la Liga Invernal Dominicana.
Por sugerencia del propio presidente Balaguer, el parque recibió el nombre de Julián Javier, en honor a la gran estrella del béisbol dominicano que brilló con los Cardenales de San Luis en las Grandes Ligas y que se convirtió en símbolo de orgullo para su ciudad natal.
Inaugurado el 4 de octubre de 1975, el Estadio Julián Javier se convirtió en sede de importantes eventos deportivos, incluyendo los Juegos Deportivos Nacionales de 1979, que proyectaron a San Francisco de Macorís como un epicentro del deporte nacional.
Con una capacidad original de 6,000 espectadores, el estadio está ubicado en el Complejo Deportivo Juan Pablo Duarte, en el corazón de la ciudad.
Su importancia no solo radica en el béisbol, sino también en su papel como espacio para múltiples actividades culturales y recreativas, desde conciertos hasta carteleras de lucha libre.
Décadas más tarde, con la llegada de la familia Rizek como propietaria de los Gigantes del Cibao, el estadio experimentó una transformación total de cara a la temporada invernal de 2013.
Los clubhouses, túneles, dugouts, oficinas, baños, gradas y señalizaciones fueron completamente renovados, incorporando además un moderno sistema de sonido y nuevos colores —naranja y negro— en sintonía con la identidad visual del equipo.
La remodelación también incluyó la modernización del área de transmisión de televisión y radio, la instalación de nuevas oficinas para los departamentos de Mercadeo y Relaciones Públicas, y el reacomodo del Palco de Prensa en las inmediaciones del Grand Stand.
En la explanada principal se erigió una asta de 40 pies de altura, donde ondea la imponente bandera Gigante de 144 pulgadas, símbolo de orgullo y pertenencia para la fanaticada cibaeña.
Desde su inauguración, el Estadio Julián Javier ha sido escenario de múltiples hitos: juegos de estrellas de la Dominican Summer League, encuentros de la Liga de Verano del Cibao, partidos de la Liga Invernal, y eventos especiales que lo consolidan como uno de los escenarios más emblemáticos del béisbol dominicano.
Los primeros juegos profesionales lo celebro Lidom en el mes de noviembre de 1977, con los encuentros de Águilas vs Escogido (nov 12) y el de Águilas vs Estrellas (nov 20), luego de la celebración del Juego de Estrellas en enero de 1977.
En transmisión de Radio Televisión Dominicana-Radio, Papi Pimentel,Mendy López y Rafael Fernández llevaron las incidencias del triunfo de los Nativos 6-3 ante los importados. Felipe Alou, del Escogido. dirigió a los locales, mientras que Jhonny Lipon, de las Aguilas, a los importados.
Un año mas tarde el parque macorisano albergó el segundo juego de la serie de entrenamientos de primavera de 1978, un hito que abrió una nueva página en la historia deportiva de San Francisco de Macorís.
Cardenales de San Luis y Filis de Filadelfia llegaron a la capital dominicana el jueves 16 de marzo por la tarde, luego de completar sus entrenamientos en Clearwater y San Petersburgo, respectivamente.
El viernes (Marzo 17) se enfrentaron en el Estadio Cibao de Santiago, al día siguiente en San Francisco de Macorís y el domingo (Marzo 18) en el Estadio Quisqueya de Santo Domingo.
Los presidentes de ambas organizaciones encabezaron las respectivas comitivas de los dos equipos. El señor August Bush Jr, máximo ejecutivo de los Cardenales, mientras que el señor Ruly Carpenter, presidente de Filadelfia.
Stan Musial acompañó a los Cardenales en la serie, en donde conoció por primera vez la tierra natal de su compadre Julián y su ahijado Stanley.
Javier, uniformado, con su número 25 realizó la ceremonia del primer lanzamiento del segundo juego de la serie.
José Tejeda, de la firma Producciones Popular fue el empresario que montó el evento de la gira de Phillies y Cardenales.
Los bleachers tenían un costo de 75 centavos.
El primer juego en Santiago, los Cardenales ganaron 4-2, al día siguiente, sábado en San Francisco de Macorís con un jonrón en la novena entrada de Terry Harmon, los Phillies ganaron 7-6. Mike Schmidt también la saco.
En el juego del domingo, el partido de cierre los Filis triunfaron 7-2.
El serpentinero derecho de los Cardenales Silvio Martínez trabajó en la novena entrada en el juego de San Francisco de Macorís, en su primera presentación, ya que había llegado un mes antes.
Martínez, lució en buen estado de salud, lo que le dio la oportunidad de hacer el equipo durante esa primavera.
Silvio, Bonny Castillo y Mackey Moreno, fueron los tres dominicanos que jugaron en dicha serie, que luego continuaron a Puerto Rico.
Silvio jugó para Águilas (2) y Escogido (5); Bonny con Licey (4) y Estrellas (11) y Mackey con Escogido (13) y Azucareros (2).
En Grandes Ligas, Martínez jugó para White Sox y Cardenales; Catillo para Reales y Marineros y Moreno para Mets, Padres y Angels.
Desde entonces, el “Julián Javier” continúa siendo mucho más que un estadio: es un símbolo de identidad, pasión y tradición para todo el pueblo francomacorisano.

