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Las Grandes Ligas, los Yankees y la ciudad de Nueva York se unieron este 11 de septiembre para conmemorar el 24.º aniversario de los ataques terroristas contra el World Trade Center, el Pentágono y el vuelo 93 de United Airlines, así como el atentado con bomba de 1993.
Tonight, we remember those we lost, the heroism of all who bravely sacrificed their own lives to save others, and those who died from illnesses obtained at Ground Zero. Their spirit lives on today with our First Responders and all who serve our communities and our country.
The… pic.twitter.com/LY5hA2FuAc
— New York Yankees (@Yankees) September 11, 2025
En el Yankee Stadium, la memoria también estuvo presente en el juego en que Aaron Judge se fue de 4-3 con dos jonrones solitarios y una carrera anotada adicional durante la victoria de los Yankees por 9-3 sobre los Tigres el jueves.
El segundo jonrón de Judge fue el número 361 de su carrera en las Grandes Ligas, igualando a la leyenda de los Yankees Joe DiMaggio en el cuarto puesto con más carreras anotadas en la historia de la franquicia.
El mánager Aaron Boone, acompañado por los lanzadores Gerrit Cole y Carlos Rodón, participó en la colocación de una corona floral en el Parque de los Monumentos, en honor a los caídos.
Los Yankees vistieron gorras en representación de los servicios de emergencia, mientras que la bombera Regina Wilson entonó el himno nacional antes del juego contra los Tigres de Detroit.
Boone, visiblemente conmovido, destacó la importancia de la tradición y recordó la emoción vivida en 2021 cuando los Yankees y Mets jugaron en el Citi Field por el 20.º aniversario.
“Uno se despierta diferente ese día. Es imposible no sentir la emoción en el estadio, ver lágrimas, silencio, y comprender lo que significa para tanta gente”, expresó el dirigente.
La jornada estuvo marcada además por la visita del presidente Donald Trump al vestuario de los Yankees antes del partido.
El mandatario saludó a los jugadores y expresó confianza en que el equipo clasificará a los playoffs.
Boone calificó la visita como “significativa”, mientras que Aaron Judge subrayó el simbolismo de recibir al presidente en una fecha tan sensible para Nueva York.
Vestido de traje y corbata, Trump se sentó junto al presidente de los Yankees, Randy Levine, y charló con él durante todo el partido, aunque en otros momentos se sentó solo.
Con Trump presente, todas las entradas del estadio contaban con detectores de metales y agentes del Servicio Secreto, algunos con perros rastreadores, mientras los helicópteros del Departamento de Policía de Nueva York sobrevolaban el lugar.
Durante el himno nacional, el presidente apareció en la pantalla gigante del estadio y recibió abucheos de algunos espectadores y vítores de otros.
Cuando Judge conectó un jonrón en la parte baja de la primera entrada, Trump se puso de pie y aplaudió, al igual que los miembros de una comitiva que incluía a la Fiscal General Pam Bondi y Lee Zeldin, un ex congresista de Nueva York que ahora es jefe de la Agencia de Protección Ambiental.
En la segunda entrada, se anunció la asistencia de Trump y se le mostró en la pantalla gigante durante un largo rato mientras sonaba “Hail to the Chief”. Sonrió y apretó el puño. Al principio se oyeron abucheos, pero muchos del público finalmente vitorearon.
El despliegue de seguridad en el Bronx incluyó bloqueos de carreteras, sobrevuelo de helicópteros y la presencia del Servicio Secreto, la Policía de Nueva York y la TSA.
La asistencia de Trump recordó el primer lanzamiento ceremonial del presidente George W. Bush 24 años antes, cuando los Yankees se enfrentaron a los Diamondbacks de Arizona en la Serie Mundial de 2001, un momento que llegó a simbolizar la resiliencia nacional tras los atentados ocurridos apenas unas semanas antes.
Trump se convirtió en el tercer presidente en funciones en asistir a un partido en el Yankee Stadium, después de George W. Bush en 2001 y Warren Harding en 1923.
Con el triunfo 9-3 sobre Detroit, los Yankees se mantienen a tres juegos de los Blue Jays en la División Este.
El partido de los Yankees es el octavo gran evento deportivo de Trump desde su regreso a la Casa Blanca en enero.
Asistió al Super Bowl en Nueva Orleans, a las 500 Millas de Daytona, a las peleas de la UFC en Miami y Newark, Nueva Jersey, al campeonato de lucha libre de la NCAA en Filadelfia, a la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en East Rutherford, Nueva Jersey, y al partido del Abierto de Estados Unidos del fin de semana pasado.

