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El inicialista Vladimir Guerrero Jr. expresó su orgullo por el grupo de jugadores de los Blue Jays de Toronto, luego de una temporada en la que el equipo superó las expectativas y volvió a colocarse entre los protagonistas del béisbol de Grandes Ligas.

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“Obviamente duele, me siento un poco triste, pero les diré que no puedo sentirme más orgulloso de mis compañeros, de todas las cosas que hemos acompañado este año”, manifestó Guerrero Jr. al finalizar la Serie Mundial.

 

El toletero destacó que desde el inicio muchos dudaban del potencial del conjunto canadiense, pero aseguró que el grupo respondió con entrega y compromiso durante toda la campaña.

 

“Estoy muy orgulloso de mi equipo. Había muchas dudas desde el comienzo sobre este equipo. Obviamente no terminamos de la manera que queríamos, pero me siento muy orgulloso de la forma en que jugamos todo el año. Pero definitivamente recibimos mucho respeto”, señaló.

 

Guerrero también resaltó la unidad y el esfuerzo de sus compañeros durante toda la temporada.

“Me siento feliz, pero al mismo tiempo muy triste. Podría decirles cuán orgulloso estoy de ellos por cada trabajo que hicieron durante todo el año y por todas las cosas que han logrado, individualmente y como equipo”, expresó.

Un octubre histórico

 

Vladimir Guerrero Jr. se quedó con una actuación sobresaliente en la postemporada, elevando el listón de lo que puede considerarse un rendimiento excepcional para un jugador de los Blue Jays.

Antes del Juego 7 de la Serie Mundial, el dominicano nacido en Montreal acumulaba ocho jonrones, 15 carreras impulsadas en 17 partidos, 17 anotadas, 28 hits, 13 bases por bolas, un promedio de embasamiento de .506, promedio de bateo de .412 y un OPS de 1.330.

 

 

Estas cifras se destacan especialmente por lograrse en una etapa del año donde la competencia es más exigente y el pitcheo más dominante.

 

Esta fue la séptima temporada de Guerrero Jr. en Toronto, y la primera ocasión en que el equipo avanzó más allá de la ronda de comodines.

 

Su recorrido en octubre —desde Nueva York hasta Seattle y luego Los Ángeles— marcó su consolidación como figura de impacto internacional.

 

 

Ver a Guerrero asumir el liderazgo de los Blue Jays bajo los reflectores mundiales dejó un recuerdo imborrable para la organización y sus fanáticos.